Desde hace más de 10 años, a la entrada de Tafí del Valle hay un edificio abandonado que fue el proyecto de un hotel, diseñado fuera de las normas y cuya construcción se detuvo debido a la exigencia de cumplimiento del código urbano. Hasta aquí está muy bien que se haga cumplir una normativa, aún a pesar de la presión política que se había ejercido para violarla. Sin embargo, ahora, ante el hecho consumado, quedan dos alternativas: a) se demuele lo construido o b) se redefinen sus funciones. La alternativa “a” supone la pérdida de recursos escasos ya congelados en la obra, mientras que en la segunda, “b”, esos recursos pueden venir a cumplir una función social y pública: un hospital o centro médico o bien una escuela agrotécnica, o un establecimiento terciarlo, o una escuela técnica tipo ENET. Lo que sugiero vendría a destrabar una situación que parece no tener fin y marcaría un claro mensaje para los predadores acostumbrados a violentar las normas mínimas de convivencia. Tafí del Valle es uno de los pocos espacios de la provincia donde la belleza del paisaje constituye una fuente de riqueza turística y estética en esta asolada república (asolada por los predadores y rapaces).
Franco Eugenio Nanni
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